lunes, 18 de marzo de 2013

Aceptar la voluntad de Dios

Resulta que muchas veces en nuestra vida nos encontramos en situaciones en las que nos toca aceptar en contra de nuestro gusto lo que el destino nos pone en frente. Aunque nos causa dolor y tristeza el hecho de que los planes que tenemos no pueden realizarse, debemos ponerlos en las manos de Dios y aceptar cada una de las cosas que Él dispone. Varias veces hemos escuchado la expresión: "Dios sabe lo que hace" y se vuelve muy común para nosotros, tanto así que ya ni la tomamos en cuenta para los acontecimientos cotidianos. Es únicamente tomada en cuenta por quienes ven hundida en problemas a otra persona y tratan de consolarla. Puede parecer muy difícil aceptar esa afirmación, y aún más hacerse de esa idea, pero es la única manera de ver positivamente los sucesos que a nuestro criterio no son satisfactorios. Puesto que desconocemos lo que pasará mañana, debemos ver lo que pasa hoy como una preparación a lo que vendrá después. Mira con optimismo tus "desgracias" y encuentra la intervención de Dios en ellas, solo así podrás "hacer tu carga ligera".

lunes, 11 de marzo de 2013

Vivir en familia


Siempre que te encuentres en un lugar por distintas razones, encontrarás a personas que pronto serán tu familia. Las circunstancias de la vida nos obligan a movernos en la sociedad, de un lugar a otro, de un trabajo a otro, de un centro de estudios a otro. Y es aquí, donde generalmente te encuentras con personas que jamás habías visto, pero que después de poco tiempo se convierten en tus amigos, hasta llegar a ser para ti como una familia. Quizás cualquiera pueda encontrarse con alguna persona que desagrade o que simplemente no compagine con él, pero es parte de la diversidad de pensamientos que enriquece a la humanidad; pues incluso en las mismas familias con nexos sanguíneos sucede, con mucha más razón sucederá con personas sin ningún parentesco.
Resulta difícil pensar que en algún momento puedes no volver a ver a estas personas, pues sabes que en un determinado momento ya no estarán contigo. Lo más importante es apreciarlas en el momento que están a tu lado, mostrándoles toda tu disponibilidad y dando lo mejor de ti para estar con ellos siempre, aún en la distancia. ¡Demos gracias a Dios por los amigos!