jueves, 13 de septiembre de 2012

Aún en la distancia, la amistad permanece

Los seres humanos en su diario vivir tienen la oportunidad de encontrarse con personas que se ganan el cariño y el respeto de los demás. Gracias a Dios son muchos los que tienen estas características... Quienes viven en constante movimiento por el trabajo a veces se separan de los seres queridos, ya sean familiares o amigos. Ante tal situación uno se da cuenta del impacto que provoca la ausencia de estas personas en la vida, pero por la fortaleza que nos acompaña nos damos cuenta que el aprecio que se siente permanece aún con la distancia que separa. Cuando uno se entrega al trabajo y trata de hacerlo a plenitud, es decir, haciendo lo que toca y tratando de sentirlo también, se disfrutan los momentos. Cuando de esta forma se trabaja, incluso las personas que comparten con nosotros se sienten emocionadas ante el entusiasmo del compañero. Cualquiera podría decir que unos trabajan mas que otros, y podrían tener razón, pero nos damos cuenta que cada uno hace lo que le toca y pone el entusiasmo según su espíritu y es de esta forma como el trabajo se vuelve equitativo para todos. Las relaciones laborales son preciosas, así como pueden ser difíciles por las diferencias. Sin embargo, si te pones a pensar lo especial que es el ser humano por el simple hecho de relacionarse con los demás, te darás cuenta que aún en lo difícil de la vida se puede ser feliz.

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